El masaje para mi es mi gran vocación. Siempre me ha gustado pero tuve que dejar todo y reinventar me para poder conquistarlo y que mis manos aprendieran esta gran maestría.

La base de mis masajes se encuentra en el masaje tradicional tailandes. El masaje Tailandes es una de las partes de la medicina tradicional tailandesa, junto con la alimentación y los ejercicios del ermitaño Reusi Dat ton. Este masaje trabaja las lineas Sen que recorren nuestro todo cuerpo. Intenta desbloquear la energía que nos produce tensiones mediante estiramientos y presiones en puntos específicos. 

La segunda gran maestría que aplico en mis masaje es el masaje Healing feeling ayurveda. El gran maestro Matuk Guayuba, me enseño mediante este masaje con aceite, a sentir con mis manos lo que el cuerpo dice, a confiar en lo que mis manos me trasmiten y a trabajar los diferentes chacras moviendo la energía de uno a otro. Dentro del ayurveda, también se trabajan los dosas de cada persona, los dosas indican los elementos naturales que predominan en ti, y nos ayudan a saber que es lo que necesitas para que todos los elementos encuentren el equilibrio en tí.

La tercera influencia en mis masajes la trajo una pareja, ya que los dos son complementarios y han nutrido mi experiencia. Son Mamen Noain Garralda y Gonzalo Glaría. Junto ambos, he aprendido la existencia de un mundo espiritual energético que se mueve a través de como nos tomamos las cosas, de nuestras emociones. Con Mamen aprendí a confiar en mis percepciones y a que el cuerpo nos habla continuamente, nuestros gestos, nuestras enfermedades...para mi es una gran psicóloga a la que acudo siempre que necesito consejo. Y invito a todos mis pacientes que siento que ellos también lo necesitan. Gonzalo en cambio, me enseño como hacer limpiezas energéticas tanto de espacios como a personas que así lo necesiten. Siempre protegiéndonos, poniendo una intención y sobre todo sobre todo siempre con el corazón abierto para guiar a estas energías que nos rodean a un lugar mejor.

Han sido muchas las personas que me han ayudado a llegar donde estoy como mi amiga Zaloa Amets con sus clases de Yoga, que cambiaron mi vida por completo. Mi gran maestro Pinan Jin de Happy Healing Home, que me enseño el placer de madrugar y llevar una rutina, a meditar y sobre todo las claves para tener un buen amor. Gracías a estas enseñanzas pude amar y tener formar una familia. Elena Alzorriz, por sin conocerme de nada, darme la oportunidad de un espacio para dar masajes, eternamente agradecida. También mi familia y amigos que han confiado en mis manos para darme este empujón que necesito para dedicarme a lo que más me gusta. Cuidar a las personas desde el corazón a través de mis manos.

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